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Resolviendo conflictos interpersonales: Problemas cotidianos e intencionalidad compartida



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A veces, problemas aparentemente simples, como resolver un conflicto entre dos personas con perspectivas distintas, pueden ser sorprendentemente difíciles de analizar si solo consideramos la racionalidad individual (las preferencias y creencias de cada persona). Aunque las soluciones pueden parecer obvias, el proceso de razonamiento necesario para alcanzarlas puede ser confuso y complicado. Este análisis sugiere que una forma más efectiva de entender y resolver estos problemas es a través de la intencionalidad compartida, una perspectiva donde ambas partes trabajan juntas hacia un objetivo común. Así, lo que parece complicado en teoría puede resultar sencillo en la práctica.


El escenario: Un conflicto entre amigas


Imaginemos que dos amigas, X e Y, tienen un desacuerdo:


  • X dice que Y hizo algo malo (por ejemplo, un comentario que la hirió).

  • Y no cree haber hecho algo malo y no entiende por qué X está molesta.


Este conflicto se asemeja a los problemas descritos en la teoría porque ambas tienen razones, creencias y preferencias diferentes para interpretar la situación. Resolver el conflicto implica superar estas diferencias para llegar a un acuerdo.


Conceptos importantes


1. Racionalidad individual


La racionalidad individual describe cómo cada persona evalúa la situación desde su perspectiva:


  • X está molesta porque interpreta el comentario de Y como ofensivo. Para X, esto viola sus valores o expectativas sobre la amistad.

  • Y no entiende la molestia porque no tuvo intención de ofender y no ve su acción como problemática.


Ambas actúan de forma lógica según sus propias creencias y emociones. Sin embargo, esta racionalidad individual es limitada porque no permite entender el punto de vista de la otra persona.


Racionalidad individual y Thomas Hobbes

El concepto de racionalidad individual puede vincularse al pensamiento de Thomas Hobbes (1588–1679), quien en su obra Leviatán describe cómo los individuos, guiados por sus intereses personales, tienden a actuar de manera que maximice su beneficio personal. Para Hobbes, esta "racionalidad egoísta" genera conflictos en el estado de naturaleza, porque cada individuo prioriza su propio bienestar sin considerar necesariamente a los demás.

En el caso de las amigas:

X actúa desde su racionalidad individual al sentirse herida y priorizar su dolor.
Y actúa desde su propia perspectiva, defendiendo que no tuvo malas intenciones.
Ambas están atrapadas en un "estado de naturaleza" emocional, donde sus intereses individuales chocan, lo que dificulta alcanzar un acuerdo.

Hobbes argumentaría que para resolver este conflicto, ambas necesitan un "contrato social" (un acuerdo mutuo) donde acepten reglas o principios que guíen su interacción, como respetar las emociones de la otra o buscar aclaraciones antes de asumir malas intenciones. Esto se alinea con la necesidad de pasar de la racionalidad individual a la intencionalidad compartida.

2. Intencionalidad compartida


La intencionalidad compartida implica que ambas personas trabajen juntas para construir una visión común del problema y llegar a una solución mutuamente aceptable. Esto requiere:


  • Reconocer y validar las emociones de la otra persona.

  • Buscar soluciones que beneficien a ambas.


Es un cambio de enfoque: en lugar de defender su posición individual, ambas trabajan como un "equipo" hacia un objetivo compartido.


Intencionalidad compartida y John Searle

El concepto de intencionalidad compartida se relaciona directamente con las ideas del filósofo John Searle (1932–), especialmente en su teoría de los "actos de habla" y la intencionalidad colectiva. En su libro The Construction of Social Reality, Searle argumenta que los acuerdos y las realidades sociales existen porque las personas crean significados compartidos a través de la comunicación.

Aplicación al texto y al conflicto entre amigas:
Para Searle, cuando las amigas dialogan y comparten sus razones, están construyendo una "intención colectiva". Por ejemplo:

Cuando X dice: "Me sentí herida por lo que dijiste," está haciendo un acto de habla que busca comunicar su experiencia emocional.
Cuando Y responde: "No fue mi intención herirte," está reconociendo y participando en el acto de construir un entendimiento mutuo.
El paso hacia la resolución del conflicto ocurre cuando ambas acuerdan una solución conjunta, como:

X propone: "Me ayudaría que en el futuro hablemos directamente."
Y acepta: "De acuerdo, la próxima vez lo haré."
Esto ejemplifica cómo la comunicación transmite información y también crea realidades compartidas necesarias para resolver problemas.

Cómo resolver el conflicto paso a paso


Fase 1: Expresión de las perspectivas individuales


Primero, ambas deben expresar lo que sienten y por qué, sin atacar ni culpar. Esto es equivalente a cómo en el texto técnico los participantes proponen sus preferencias. Por ejemplo:


  • X dice: "Cuando hiciste ese comentario, me sentí herida porque para mí fue una falta de respeto."

  • Y responde: "No fue mi intención lastimarte. Desde mi perspectiva, solo estaba bromeando."


Aquí ambas están mostrando sus intenciones condicionales: cada una está dispuesta a resolver el conflicto si la otra también lo está.


Fase 2: Identificar el problema central


El conflicto no siempre se trata de "quién tiene razón", sino de diferencias en valores y percepciones. En este caso:


  • X necesita sentirse validada: Quiere que Y reconozca que sus emociones son legítimas.

  • Y necesita aclarar sus intenciones: Quiere que X entienda que no tenía malas intenciones.


Este paso es similar a encontrar un equilibrio en las preferencias, como se describe en la teoría.


Fase 3: Proponer una solución conjunta


Una parte debe romper la simetría proponiendo una opción clara y razonable. Aquí, alguna de las amigas podría decir:


  • Y propone: "Siento mucho que te hayas sentido herida. ¿Qué puedo hacer para arreglarlo?"

  • X responde: "Gracias por entenderme. Me ayudaría que la próxima vez podamos hablar directamente si algo así ocurre."


Al comprometerse con acciones específicas, ambas crean un "acuerdo compartido" que satisface a ambas partes.


¿Qué pasa si una amiga no quiere dialogar?


Si X insiste en atacar a Y sin abrirse al diálogo, esto se asemeja a los casos donde no hay comunicación en la teoría. En esta situación:


  1. Establecer límites claros:

    • Y puede decir: "Quiero resolver esto, pero no puedo hacerlo si seguimos discutiendo de esta manera."

  2. Tomar decisiones individuales razonables:

    • Si X no colabora, Y puede proteger su bienestar emocional alejándose del conflicto temporalmente.


Dificultad de los acuerdos y Jean-Paul Sartre

El filósofo Jean-Paul Sartre (1905–1980) en su obra El Ser y la Nada analiza cómo las relaciones humanas están marcadas por tensiones, ya que cada persona es "un ser para sí" (centrado en su propia perspectiva) y al mismo tiempo "un ser para otros" (en constante interacción con cómo otros nos ven). Esto genera conflictos inevitables en las relaciones porque nuestras percepciones y deseos individuales no siempre coinciden con las expectativas de los demás.

En el caso de X e Y, el conflicto surge porque:

X, como "ser para sí", interpreta el comentario de Y como una falta de respeto y centra su atención en cómo fue afectada personalmente.
Y, también como "ser para sí", no entiende por qué debe disculparse porque no percibe su acción como ofensiva.
Según Sartre, el desafío está en superar esta "disonancia relacional" al reconocer que ambas tienen perspectivas válidas desde sus propias experiencias. Este reconocimiento es un paso hacia la intencionalidad compartida, donde ambas pueden encontrar un terreno común sin perder su autonomía individual.


De la racionalidad individual a la intencionalidad compartida


Resolver conflictos entre amigas, como cualquier desacuerdo, requiere un cambio de perspectiva:


  • De centrarse en las diferencias individuales a trabajar hacia un objetivo común.

  • La intencionalidad compartida permite construir soluciones que ambas partes consideran justas y satisfactorias, fortaleciendo la relación en lugar de dañarla.


Filosofía en acción

Hobbes explica el choque inicial basado en la racionalidad individual y la necesidad de un acuerdo mutuo (contrato social).
Searle muestra cómo la comunicación y los actos de habla son esenciales para construir una intención compartida.
Sartre resalta las tensiones inherentes en las relaciones humanas y la importancia de reconocer las perspectivas del otro.

Estos autores nos ayudan a entender que la resolución de conflictos es un proceso práctico y también un fenómeno filosófico que implica negociación, comunicación y empatía.

Este enfoque ayuda a resolver conflictos y también mejora la comunicación y la cooperación en el futuro.

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